domingo, 2 de enero de 2011

El Hundimiento I


Un poquito de demagogia (merecida)

          Después de leer la noticia de que el nigromante mayor de Roma haya ordenado 61 sacerdotes presentados por los Legionarios de Cristo, la víspera del nacimiento del niño Jesús, he sufrido un shock y he requerido dosis masivas de omeprazol y calmantes para quitarme de la cabeza la idea de las intenciones lúbricas colectivas que pueda tener esta gente de lo que es el adviento. Tantos adultos, sobre los que recaen sospechas no demasiado infundadas, esperando el advenimiento de un niño en un pesebre, es como para llamar a los casco azules.
          No tengo muy claro que lo adoren o se pirren por sus huesitos, pero da la impresión de ser un espaldarazo a una declaración de intenciones inmundas hacia la infancia, a una institución fundada por un pederasta , Marcel Maciel, personaje particularmente siniestro que empezó a vivir en olor de santidad, y al final resultó que era perfume de mercadillo (eau de fritanga que atufa la beatificación de Juan Pablo II), y cuyos crímenes sólo han prescrito con la muerte (para novatos, la prescripción es la impunidad sobre los delitos mantenidos en secreto durante el tiempo suficiente), y cuyos miembros establecen una ley del silencio sobre las continuas denuncias que recaen sobre ellos. En el arte del secreto, que es el arte del encubrimiento, son maestros consumados, dignos discípulos de su santa madre. Ese es el primer mandamiento de la férrea fe a la que se aferran.
          La ordenación de los Legionarios me ha recordado a otra ceremonia (cere-de-monía-ca) por la que la reina Isabel, otra papisa rebosante de orgullo, pompa y circunstancia, entregaba las patentes de corso, que consistían fundamentalmente en ofrecer el respaldo legal a una piratería que ya operaba y que se utilizó como un cuerpo de paramilitares en una paraguerra (si vis pacen para bellum) contra el dominio español del Atlántico.
          Pero ya sean paramilitares, legionarios, piratas o corsarios, dicha ordenación está sugiriendo que el paraguas eclesial, la capa pluvial de la santa madre, va a mantener las tinieblas de la sacristía necesarias para la comisión de los abusos y su encubrimiento legal o mediático.
          Eso sí, se les pide que, por favor, retiren de los lugares públicos las fotos del fundador, palmaria, y póstumamente desenmascarado, sobre todo, aquellas en las que aparecía con Juan Pablo II (Juan Palo qué palo), y se les indica que sería conveniente una especie de abracadabra nominal o de refundación de los Legionarios. Traducido al manchego, el mismo perro, pero con distinto collar.
          Esto hay que entenderlo, a la vez, como una definición escrupulosa de lo que es la hipocresía, y como una estrategia de supervivencia para una iglesia católica en descomposición, cuyas filas, últimamente se nutren casi en exclusiva de lo más selecto del fundamentalismo y del integrismo ideológico, moral, económico y político. En resumen, religioso.
          Sinceramente me he llevado tal berrinche que he tenido la tentación del sarcasmo, de tildar, de forma demagógica y provocadora, a la iglesia católica de Federación Internacional de Pederastia Eclesial y Deportes Ocultos, la FIPEDO, también conocida por la PEDOFI. Los deportes sexuales ocultos deben ser primos hermanos de las ciencias ocultas, que también practican (transustanciaciones, encarnaciones divinas, milagros diversos, profecías, conversaciones con dios, resurrecciones, abducciones celestes, exorcismos, apariciones... algún día me propongo hacer la lista razonada y echarnos unas risas) fronterizas todas con la locura en mayor o menor grado y algunas directamente hermanadas con el bestialismo, como el presunto embarazo de una virgen por un ave (que sólo funciona como reductio ad absurdum para ocultar un mero adulterio). Claro que su voz radiofónica en España, la COPE, también puede tratarse de las siglas de Cómo Ocultar Pederastias Episcopales.
          La ordenación de los seminaristas daba la impresión de convertirse en la presentación del equipo olímpico de pederastia para Londres 2012, cuando se admita como nueva disciplina indoor, es decir sobre pista cubierta y encubierta. Y ahí querría ver yo a Gil Grissom siguiendo esa pista.
          Y así todo, pero les juro que me he contenido.

2 comentarios:

  1. ¿Te has contenido? XDDDD
    Lo que sí hay que reconcer a esta gente es la maestría para el "naming": los legionarios, las esclavas...

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  2. Vaya con el papa y vaya con sus asesores! . . . tienen menos luces que los de Rajoy, que ya es tener pocas
    Y digo yo que estos detalles que tiene la iglesia con la sociedad, pues la gente los irá poniendo donde debe, es decir, que aunque sean pocos, algunos socios al club católico apostólico romano (a la iglesia como institución me refiero), se estarán dando cuenta del despropósito de muchas cuestiones, por ejemplo esta . . . . y lo mismo les baja el número de afiliados.

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