jueves, 5 de mayo de 2011

Frente rosa

          El mundo del fútbol, ese vasto, desmedido y monstruoso negocio que fundamenta su razón de ser en una remota ascendencia deportiva, en un lejanísimo vínculo con un esparcimiento gimnástico y recreativo, no cesa de depararnos continuos motivos de estupefacción.

          El fútbol se comporta como ese fluido espeso que tiende a expandirse hasta la desmesura en el escaparate mediático y a ocupar tanto el cuerpo social abandonado a su suerte como el córtex cerebral dejado en barbecho, y añado, inutilizándolo para su correcto funcionamiento. Un proyecto del LHC (Large Hadron Collider) ha bautizado este nuevo isótopo inestable y radioactivo como Ft, sin asignarle, por ahora, número atómico, pero englobándolo por sus afinidades expansivas y devastadoras con el To (toros), Rl (religión) y Mn (monarquía).

          No suelo andar muy atento a sus minucias diarias ni llego a comprender enteramente su jerga. Las tormentas futbolísticas, cada vez más frecuentes y más virulentas, ciclónicas y huracanadas suelo pasarlas bajo techo esperando pacientemente a que escampe. Si bien soy cada día más escéptico al respecto y me vengo abajo cuando empiezo a considerar que el advenimiento del apocalipsis climático futbolero probablemente impida que algún día llegue la primavera.

          Como digo, aunque busque incesantemente refugio, a veces no puedo evitar que una ráfaga de estupidez en estado bruto (brutísimo) me sacuda y me saque de golpe de mi guarida. Y han sido tres mazazos tres en un sólo día, por lo que, a modo de lenitivo, paso a consignarlos.

          Primero, bajaba tan ufano la Cuesta de San Vicente a trote ligero, que ya perdía un tren, cuando me topo de frente, en todo lo alto y todo a lo largo del lateral de un kiosco la siguiente bufanda.


          No. No es un fotomontaje de aficionado a la Ufulogía. Es real (Madrid).

          !Ese ripio de Mecano! !Ese rosa palo!

          O se es una chica lista o se es madridista. O si la chica está siempre lista, no puede ser muy fiel. Son términos disyuntivos, contrapuestos, no hay puntos intermedios. Una chica es lista o es fiel. Claro, a no ser que la chica lista se haga la tonta para pillar cacho, que, como la cosa está muy mala, algunas tienen que bajar mucho, pero que mucho, el listón y en los estadios, en los bares hay mucho hombre concentrado y mucho abrazo y mucho frufrú y mucho saltito y hay que estar a la que salta. Preparada, lista, ya. Chica lista, madridista o lo que haga falta.

          Y algunas, las pobres, llevan así de listas y a verlas venir desde hace décadas. Porque de lo que no se dan cuenta es de que acaban, como las "penínsulas", rodeadas de hombres por todas partes menos por una, normalmente la más interesante.

          Y, luego, al final, ese toque heráldico, "Siempre fieles", Semper Fidelis, pero que aquí y visto en conjunto tiene el tufo machista del "eau de fritanga".

          Sólo hay un ser en el censo universal que merezca lucir semejante bufanda: el caniche de Paris Hilton.

          La leyenda, más que una expresión de orgullo parece un centón de nobles virtudes caninas, más propio para la chapa de un collar de perros que para una bufanda. Y muy inherente al mundillo futbolero: las chicas, en el fútbol, sirven de mascotas, novias turgentes de futbolistas y contraportadas de prensa deportiva. Chica buena, chica lista, acércame esas zapatillas y muéveme el rabo. O mejor, cómemelo, cacho perra. Perra fiel, perraca.

          Y ese rosa imposible, bandera de su auténtico lugar en el mundo, el frente rosa, ese ejército que misteriosamente consigue que las patatas fritas estén en el cuenco, las cervezas frías en la nevera, y que pasa el aspirador, ahora no, cuando están sacando un córner.

          Podéis imaginar la lencería a juego. !El horror! !el horror! que diría Kurtz.

          Paso al segundo: Un anuncio de Gol TV donde una mujer de gesto firme y severo posa junto a un eslogan que traduce su pensamiento y reza algo así como "En algo soy el mejor del mundo, soy del Madrid" (A ver si mañana bajo a la marquesina a hacer la foto) Es decir, que en lo demás eres un don nadie, un inepto, un incompetente, un gusano, un inútil, un incapaz... y la única fuente de estima proviene del hecho de que eres del Madrid, o de la Roja, o del Barça.. Tu única satisfacción en la vida consiste en pertenecer a un rebaño, grey, parroquia en concreto que vocifera ciertas consignas y viste de cierto color, eso si no eres chica, que tienes que ir de rosa palo. ¡Ah! y no se te ocurra ponerte a pensar y darte cuenta de que estás en ese rebaño y no en otro (¿contrapuesto?) por puro azar, siguiendo la ley del caos. O pensar que las consignas son erróneas. O pensar y punto.

          Con lemas así aprendemos lo bien que se vive cuando otros piensan y deciden por ti. Porque el fútbol es eso, un receso del pensamiento, un obstáculo en que éste tropieza.

          Paso al tercero: sólo a la élite del fútbol, larva, espejo y escuela de fascismo se le podía ocurrir destilar una propuesta semejante:

          Una cuota racial en la selección Francesa de Fútbol

          Y esto es sólo una pequeña muestra del tipo de la bajeza moral e intelectual que nos espera en un mundo que, ante un horizonte de escasez de recursos, propone echar salvavidas sólo a los nuestros, separando a seres humanos por colores, como los lacasitos, como en el fútbol.

          Emulando a Víctor Frankenstein, estamos desenterrando cadáveres para juntar los trozos y devolver nuevamente la vida a una criatura monstruosa: Hitler. El hombre que para acabar con los que él consideraba bárbaros se convirtió en el mayor de todos.

          El miedo y el odio son una mercancía tan peligrosa, tan inflamable, tan contagiosa, y tan explosiva que deberíamos considerarla munición de guerra. Y últimamente nos estamos armando hasta los dientes y eliminando los escrúpulos morales a la hora, por ejemplo, de vitorear un asesinato de estado en todas regla, relatado prácticamente en directo.

          ¿Nadie siente que no sólo se han sobrepasado todos los límites sino que se han pisoteado, borrado en ese alarde pormenorizado de la tortura y el crimen de estado que ha sido la ejecución de Bin Laden? !Y batiendo palmas! Como en el fútbol.

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